Relato y estructura narrativa
¿Cómo contar una historia? ¿Cómo presentar y ordenar los elementos en el tiempo? ¿Cómo generar tensión? Sea en literatura, teatro, cine o cómic (e incluso en videojuegos o juegos de rol), hay una serie de estructuras y pautas que podemos seguir para generar un relato claro, fácil de decodificar, y que despierte interés en el lector/espectador/jugador.
¿Qué es narrar?
Narrar es “Contar, referir lo sucedido…” (1), es relatar una serie de acontecimientos que se sucedieron en el tiempo de acuerdo a un orden lógico de causa-consecuencia. Este encadenamiento lineal de causas y efectos va a implicar cambios en los personajes y es lo que va a hacer que avance la trama.
Elementos de la narración
Tomando como base la narración literaria, podemos definir para el relato de nuestro cómic los siguientes elementos:
Argumento: cuenta básicamente de qué trata la historia. Es una breve descripción (no confundir con la “trama”, que es el desarrollo -mucho más extenso- del argumento).
Personajes: quiénes son y cómo son. ¿Hay personajes principales y secundarios? Visualmente habrá que diferenciar a todos los personajes del relato para que sean fáciles de identificar (al respecto, tener en cuenta el uso de personajes estandarizados en los cómics).
Acciones: definir las acciones que van a realizar cada uno de los personajes.
Tiempo: ¿Cuándo transcurre la historia? ¿Es un relato de época? ¿Cuál es la cronología de los acontecimientos? ¿Es una secuencia de tan sólo unos minutos? ¿Horas? ¿Días? ¿Años? (Tener en cuenta el papel fundamental que juega la elipsis en cuanto a recurso narrativo para manejar el tiempo).
Espacio: lugar/es donde transcurren los hechos. Acá nos referimos al espacio del relato; luego habrá que pensar cómo va a ser la representación de ese espacio en la “puesta en página”.
Narrador: ¿Desde qué punto de vista se va a contar la historia? ¿Del de uno de los personajes principales o del de una figura externa a los hechos? La adopción de un narrador y punto de vista se va a ver reflejada en, por un lado, la parte verbal (que se expresa en los textos en off y en los globos), y por el otro en el punto de vista “de la cámara”. ¿Es ajeno a la acción? ¿O la cámara es subjetiva? Si el punto de vista corresponde a uno de los personajes, ¿Cómo es ese personaje? Desde sus cualidades físicas (que van a determinar la altura de la cámara -por estatura, edad, etc.) hasta sus sensaciones (¿Cómo se siente? ¿Cómo se traduce su postura en su forma de ver el mundo? Por ejemplo, ¿Se siente superior -cámara picada- o inferior -cámara contrapicada-?).
Estructura narrativa
Una vez que tenemos el argumento y el desglose de los elementos de la narración, podemos pensar en la estructura que va a tener el relato. La estructura narrativa contiene el orden espacio-temporal en el que se narran los acontecimientos. La “estructura narrativa clásica o estructura de tres actos” fue estudiada ya en la Antigua Grecia por Aristóteles y es el paradigma que se acoge a la narrativa del cine clásico de Hollywood. Se compone básicamente por tres grandes momentos: planteamiento, desarrollo y conclusión (o introducción, nudo y desenlace). A lo largo de los años, el ser humano se fue familiarizando con este tipo de estructuras asimilándolas, por lo cual este sistema sirve para narrar una historia de forma clara y ordenada, logrando mantener la atención del espectador de principio a fin.
- INTRODUCCIÓN
Presentación de los personajes, del contexto (tiempo y espacio donde se suceden los hechos), y del acontecimiento que provoca que se altere la “normalidad” en la que viven.
- NUDO
El eje de la trama: cómo se suceden los hechos desde que esa normalidad se ve alterada hasta que el problema está por resolverse (a favor o en contra). Va aumentando la intensidad dramática hasta llegar al clímax.
- DESENLACE
Resolución del conflicto y cuál es el nuevo estado de los personajes después de las vivencias que atravesaron.
Es importante destacar que el conflicto se mide en intensidad dramática en cuanto a la tensión que aporta al relato, y que no necesariamente tiene que ser una situación de vida o muerte, o un hecho violento.
Curva dramática: tensión a lo largo del relato; pico máximo en el clímax.
Extensión aproximada: Acto 1: ¼ de la obra – Acto 2: ½ de la obra – Acto 3: ¼ de la obra.
En cine, se suele utilizar el “Paradigma de Syd Field”, quien tomó la estructura de tres actos como base para su desarrollo. Su estructura permite armar guiones mucho más complejos, con varios puntos de giro, conflictos y sub-conflictos (como podemos encontrar en las películas mainstream que vemos en los cines habitualmente).
Esquematización del paradigma de Syd Field: su estructura macro es similar al planteo de Aristóteles.
Veamos un ejemplo de análisis de estructura narrativa clásica, en el caso de “El Hobbit”:
Introducción: presentación del personaje principal (Bilbo), del lugar (La Comarca). Primer punto de giro: Los 13 Enanos y Gandalf le piden ayuda para recuperar su tesoro.
Nudo: “peripecias”(2) del grupo, serie de eventos y problemas que les van surgiendo a lo largo del recorrido hasta llegar a la Montaña Solitaria (donde está el tesoro). Clímax: la batalla entre Bilbo, compañía y aliados versus los orcos (“protagonista vs. antagonista”).
Desenlace: Los enanos recuperan sus riquezas. Bilbo vuelve a casa (antes cobarde, ahora valiente).
Después de este pantallazo sobre cómo contar un relato lineal (en el cual se narra en el orden en el que sucedieron los acontecimientos), habrá que ver hasta qué punto y de qué formas esa linealidad puede quebrarse sin perjudicar la claridad del relato, saliendo de las estructuras a las que estamos acostumbrados a decodificar las historias. Quizás nos pueda ayudar tener en cuenta que nuestra forma de pensar y nuestra realidad son mucho más complejas, y se corresponden más a estructuras no lineales de pensamiento que al razonamiento lógico de causa-efecto.
(1) Definición de la Real Academia Española.
(2) Definición de la Real Academia Española: “En el drama o en cualquier otra composición análoga, cambio repentino de situación debido a un accidente imprevisto que altera el estado de las cosas”.