La Luz como elemento narrativo en la fotografía
La fotografía es luz y la luz es la materia prima con la que trabajamos en el set y creamos imágenes. Sin ella solo contamos con la oscuridad. La luz no solo dibuja los objetos tal como la raíz de la palabra fotografía lo indica (deriva de los vocablos de origen griego: phos (luz) y grafis (escritura), lo cual significa escribir o dibujar con luz) sino que también los llena de sentido.
Bajo la intención del fotógrafo, la luz es una herramienta que da vida y carácter a los elementos de la puesta en escena. Será en las fotografías de estudio donde el fotógrafo tenga mayor control sobre los factores técnicos tales como la iluminación, de esta manera la fotografía será preparada y pensada.
Según como direccionemos la iluminación, qué fuente elijamos y, sobre todo, qué punto de vista adoptemos, la luz podrá imprimir presencia a un personaje, endurecer sus rasgos o difuminarlos. Creará atmósferas, texturas, volúmenes y hasta una estética característica que conformará nuestro universo visual. La estética que logremos, o “clima”, es parte de lo que llamamos puesta en escena.
La puesta en escena consiste en la creación de un universo visual cuyos elementos son coherentes entre sí y le dan credibilidad a la imagen que estemos construyendo ante la cámara. Es la escenificación de un concepto que se va a transmitir.
De esta manera la luz adquiere una función narrativa y expresiva.
Gregory Crewdson, fotógrafo, hace referencia a esto en una entrevista:
“… Para mí, la luz se convierte en un elemento central para contar una historia. Si se observan mis fotografías, la luz define la historia de un modo u otro. Esto se ha vuelto cada vez más importante: El uso de la luz como significado en el núcleo. “ (1)
La luz es parte fundamental de la puesta, así como también lo es la escenografía, la vestimenta de nuestros personajes, los objetos que los rodean y cada elemento puesto frente a la cámara del fotógrafo. Todos se interrelacionan entre sí y le dan forma a un concepto, sensación o idea que se quiera transmitir. Cada uno de los elementos colocados en el encuadre están cargados de un significado y responden a una elección a conciencia del fotógrafo.
Untitled (Ophelia) 2000/01, Gregory Crewdson
Observando la fotografía de Gregory Crewdson, “Ophelia”, podemos apreciar que cada elemento mantiene una coherencia estética y propia del universo visual creado por el autor. La luz constituye la protagonista de la escena, dándole una atmósfera desoladora. Casi surrealista, de luces tenues con tintes melancólicos y un aura de soledad, este trabajo remite en algún punto a David Lynch, gran influencia del artista.
Esta conclusión se infiere del estilo que caracteriza a esta imagen construida a través de varios elementos puestos en relación, entre ellos la luz.
“…La puesta en escena es narración y significación a través de una determinada forma de representación” (2)
En el caso de Crewdson, puede utilizar hasta 20 o 30 luces extras para lograr los climas planteados o inclusive contratar grúas para adicionar focos. Trabaja a escala gigantesca y en grandes formatos, concibe la foto como si fuese un fotograma de cine.
“ Una de las cosas que amo de la fotografía, a diferencia del cine u otra forma de narración, es que el espectador siempre incorpora su propia historia, ya que al final la imagen siempre está sin resolver” (Gregory Crewdson). (3)
De esta manera, el imaginario construido se pone en relación con el espectador, quien es el encargado de decodificarlo.
Fotos de producción de la serie “Beneath the Roses”, Gregory Crewdson, 2003
A través del estímulo lumínico generamos sensaciones en quien decodifica la foto y reforzamos el mensaje a transmitir. Para eso el fotógrafo puede valerse de una fuente natural lumínica o de varias artificiales.
1. Untitled from the series ‘Twilight’, 2001 2. Production Still Untitled (The Father #1), Gregory Crewdson.
Se puede observar en esta serie de fotos como la luz genera un clima donde la atmósfera ya cuenta qué podría estar pasando en el encuadre. A pesar de que no se ve ningún personaje, el espectador intuye quién podría estar viviendo en estas locaciones o que misteriosos acontecimientos suceden.
Mediante la iluminación guiamos el ojo del espectador dentro del encuadre elegido. Podemos realzar objetos u ocultarlos dependiendo de la dirección que le asignemos a la luz.
Dentro de estas direcciones podemos mencionar:
Luz cenital es aquella que ilumina la parte superior del personaje creando zonas claras en las partes altas y sombras por debajo del cuello y la nariz, dejando casi imperceptible los ojos.
Sebastião Salgado, Niños del éxodo.
La luz lateral crea sombras resaltando los volúmenes y texturas de las personas u objetos a fotografiar.
Philip Lorca Dicorcia, Serie Hustlers.
Contraluz es cuando la fuente lumínica está detrás de lo que fotografiamos. Oculta información visual y recorta las figuras contra el fondo.
Sebastião Salgado, Otras Américas.
Luz contrapicada es aquella que ilumina de abajo hacia arriba creando sombras duras y antinaturales.
Virna Haffer, Model a la Chinese, 1930.
De esta manera, la luz se configura en fotografía como un personaje más. La misma debe ser pensada, intencionada, dirigida y cargada de sentido ya que es un valor añadido a la imagen, cargando a la misma de expresión.
“…la utilización de la luz es algo realmente importante para mí. Creo esas situaciones cotidianas, e intento usar la luz, junto al color y las formas, como un código narrativo que descubre la historia. También proporciona cierta posibilidad de transformación de lo ordinario, lo que da a las imágenes cierto sentido de teatralidad” Gregory Crewdson.
Referencias:
(1) https://elpais.com/diario/2006/04/22/babelia/1145660767_850215.html
(2) Una Puesta en Otra Escena – Eduardo Russo
(3) https://elpais.com/diario/2006/04/22/babelia/1145660767_850215.html